La Imagen de María Santísima de Gracia y Amparo es obra anónima fechada a mediados del siglo XVIII. Procede del antiguo convento de la Victoria pues en los inventarios del convento ya aparece bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios. Vuelve a aparecer en los inventarios de la Parroquia de San Nicolás en los años 50 bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. En 1976 es bendecida bajo la advocación con la que actualmente recibe culto.

En 1976 la Virgen fue objeto de una intervención realizada por Rafael Ortí Meléndez-Valdés. Restaura las faltas en su policromía y realiza una nueva mano izquierda en madera a similitud de la mano que cree puede ser la original. En 2004 se realiza una intervención más profunda por D. Miguel Ángel Jurado. Durante la intervención se recupera en el interior de la mascarilla un pergamino fechado en 1771 que informa que fue restaurada en 1771 por Luis Joseph Gómez. Este documento, junto con la similitud con otras obras del autor, hace pensar que perteneció al círculo del imaginero Gómez de Sandoval. En esta intervención se repone la mano original de la Virgen, realizando D: Miguel Ángel González una mano derecha nueva a semejanza a ésta. Se interviene también en importantes daños estructurales en la zona del cuello y se recupera la posición e inclinación original.

En 2014 se somete a una intervención menor realizándose un nuevo sistema de sujeción en los brazos, una leve reintegración de policromía en la zona del cuello y una orientación natural de la posición del perno que sustenta la corona.

María Santísima de Gracia y Amparo es una imagen de candelero de 165 cm. en madera de cedro, teniendo policromados el rostro y las manos. La cabeza está en postura frontal aunque inclinada hacia abajo y ligeramente girada a la derecha; las cejas son rectas y levemente arqueadas hacia las sienes y marcadamente fruncidas en el entrecejo. Los ojos son de cristal soplado del S XVIII y de color castaño, tienen la mirada baja, lleva pestañas postizas en el párpado superior y pintadas en el inferior; de nariz recta, boca entreabierta con los dientes superiores e inferiores tallados en marfil, lengua tallada y policromada y tres lágrimas de cristal surcan su rostro, dos en la mejilla izquierda y una en la derecha. Las manos están extendidas y conservan el antiguo rasgo del pulgar girado.

Como preseas destaca la corona de metal noble labrada por Jesús Domínguez en 1998.